Te llevaré la mañana temprano en un vaso de agua (Arnaldo Calveyra)
Este es el lugar que te doy, me dije. Anticipándome a la mentira de mujer con rulos espantados que atisba el peinado frente al espejo rectangular. No puedo escribir sobre abismos ni de peces, ni del proyecto del mar para mojarse la punta del dedo gordo en este septiembre ventoso que regala el eco de lo que no soy. Me pregunto ¿cuanto más voy a ver que no soy? Verse estampado contra la pedestre pesadez que responde rumiante frente a este papel, es la aproximación al fuego que se clava en mi garganta, entrecortando la vida de algún proyecto de suspiro. Cuando intenta largarse se condensa una gota, que no es más que una infame lágrima.
Y ya no puedo querer romper el suelo para que se abra el aire y desde el fondo...¿ no podes venir a tocarme el pelo? ¿es muy tarde?.
La hamaca está ahí, frente a un pedregal. Los lejanos diamantes que creemos que atesoramos podrían invitarnos,a armar una pelopincho ó hablar de palabras serias sobre la vida de los escarabajos frente al césped viejo que nos queda, creerle a la luna ó soplarnos las alas que tenemos en los ojos.
¿Cuantas más letras unidas podrán decir que me duele tanto que no sea?
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