Cierra la mano, mató a una mariposa.
El secreto más cruel,
del verde que dicen que hay que salvar.
Excitantes migraciones, las del amor.
Levantó un ojo, creía que nadie lo miraba,
podía seguir solapando su furia contra el viento,
apretando las alas, pegándolas contra el encierro de su piel.
Desde una ventana perdida en el suelo:
Alguien hilaba una montaña de telarañas,
alguien sabía de la espera cuando nada más importa.
alguien no podía soltar lágrima,
alguien devenía el verso del encierro en un grito atravesado,
desde el infierno de su savia, sólo su imaginación, ¡es él!.
Y soltaba, así no más tejiendo, las grises lineas de su alma.
Otro día.
Las olas se llevaron sus ropas.
eran viejos para decir verdades,
mejor seguir volando en un elefante tropical
con la insípida manera de bromearle al tiempo.
Por detrás. Lejos a la muerte cabizbajos.
El secreto más cruel,
del verde que dicen que hay que salvar.
Excitantes migraciones, las del amor.
Levantó un ojo, creía que nadie lo miraba,
podía seguir solapando su furia contra el viento,
apretando las alas, pegándolas contra el encierro de su piel.
Desde una ventana perdida en el suelo:
Alguien hilaba una montaña de telarañas,
alguien sabía de la espera cuando nada más importa.
alguien no podía soltar lágrima,
alguien devenía el verso del encierro en un grito atravesado,
desde el infierno de su savia, sólo su imaginación, ¡es él!.
Y soltaba, así no más tejiendo, las grises lineas de su alma.
Otro día.
Las olas se llevaron sus ropas.
eran viejos para decir verdades,
mejor seguir volando en un elefante tropical
con la insípida manera de bromearle al tiempo.
Por detrás. Lejos a la muerte cabizbajos.
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