lunes, 3 de octubre de 2011

Sobre dormires.

La simiente del mundo que duerme, no es más que el superfluo colgante de la prolongación del alma...A ti cuando duermes, te odio. (Violette Leduc)

Veo tu rostro en el claroscuro, con algún que otro halo de luz que se cayó vaya a saber de que luna, para posarse en esa almohada, sereno, como si algún mundo astral hubiese colaborado con sus manos entre nuestros cuerpos desconocidos. Te miraba y vos te cerrabas despacio.  Yéndote. ¿Qué secreto encontraste para dormir así?.
Miro las cortinas naranjas, (que por cierto nunca lave), a ver si  se ponen a bailar con su manera dulce al compás del vals: brisa nocturna.  Me calma y me hace sentir que es este mundo en esta noche encerrada en la ínfima gota de rocío perdida en la finitud de tu respiración,  acariciando el aire sobre mi frente,  mientras una mujer con el mismo vestido espera clavada en la ventana, que explote en la punta de su nariz para llamar luego a eso "amor", un círculo sin fondo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Archivo del blog