Polvo y nada.

Un eterno secreto vislumbra sus alas  lentamente
un hombre en la intemperie piensa en el destino
Pasan  miles de años
mientras dios sopla a un niño en su frente.
Los niños nos olvidamos hasta de serlo
la astucia universal nos juega ese juego
nos pone la cara dura,
¿quién acaricia mi nariz mientras miro el cielo?
si no puedo saberlo, ¿qué soy?
por cierto hoy no mire el cielo...
las señales vienen despacio
nosotros hablamos de ternura,
de bondades del más allá
de suerte,
hablamos de tanto...
Pasan las horas, las muertes
mientras nos abrazamos a la cintura de la nada
una nada con nombre para estar tranquilos
mientras miramos lo que está ahí en frente
sin enterarnos,
el  eterno secreto se ha hecho polvo.