llorar por lo visto y por uno en el mundo
y el hueco que se anida en un barrio de pájaros solos
¿quién sabe por qué se nos ha concedido este idioma de niños?
Quisiera decirles que soy feliz y me gusta el chocolate. Que no piso todas las baldosas mojadas, que no he perdido nunca nada, que llueve y tengo paraguas siempre. Que no me gana nunca esta angustia de médula con pies. Sé que me gusta el ocaso, cruzar algún puente cuando cae el sol, el color naranja, el azul, a veces. Me revuelco en mi nada y en el pasto de mi jardín, (quiero que vengas a mi jardín, a veces). Quizás escribo para cruzarme del otro lado, que no es ninguno más que ahí,cerquita.
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