domingo, 14 de agosto de 2011

Brújula para un destino espantado.



cello suite No 1 prelude, Sebastian Bach


El piso frío de una noche morada me trajo a tu luna.
Sé sobre azares desesperados sobre alguna tinta manchada con sangre azul.
Quisiera (el gran verbo), darte algo. 
La invisibilidad que recorre la distancia de mi boca hasta tu frente, 
quizás alcance para recostarnos sobre los aires del mezquino destino.
Cortamos la soga del puente,
no hay palabras que quieran volar de mi mano hasta tu mano.
No podemos arrancar más algas del mar.
No puedo quejarme ni de los lunes por la mañana,
le pinte la huella hasta mi sombra.
Me mentí, tanto que ya no puedo ni doblar las rodillas para postrarme. 
Si te busco, me caigo por que no miro el abismo, solo el borde silencioso. 
Vino el miedo y levante castillos hasta en el tacho de basura. ¿Qué mejor armadura caballero?. 
Hice barquitos de papel para dar un paseo con vos cuando llueve al revés,
la luna-brújula,  está igual, aunque cierres la cortina, te ve y yo también.






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