jueves, 14 de julio de 2011

El mundo de los ojos.

Se derrite la ciudad en un plástico sobre el fuego.
No se puede hacer más nada con las manos.
Nada más que cruzar un lago montados en un pájaro,
el "vivir para mañana", la jaula colgada de la oreja.


Soy una mujer triste, pensé mientras los miraba,
¿quién soy yo para mirarlos y sentirme sola?.
El festín de perder el miedo, (debería ser el fin del mundo),
el hombre teme de otro hombre.


El día es un remiendo,
un hospital de animales ciegos
que van dormidos hacia el abismo.
Un ángel perdido caminando hacia el solsticio.
El día, el mundo de los ojos.


(Poesía que surge en un subte cuando vi una chica con un arito en forma de jaula, era demasiado grande).

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